diumenge, 30 d’agost del 2015

Ficciones replicantes I, E.

Obviando la calidad de escrito, hecho demasiado temprano en la mañana y en un sábado (que debería ser un día de puro descanso), esta sensación de posible repetición (algo así como Groundhog Day), puede ser sólo "una repetición" si es recordada (si existe un futuro singular) y no una repetición idénticamente general (o generalizable). Esta sensación de repetición no es un "parecerse" o una "semejanza", dado a que tales imprecisiones rompen con la particular ilusión que nos brinda la llamada "repetición". Asumamos que "el mismo día se repite para todo el mundo". Hay aquí dos posibles tramas: 1) La gente se percata de eso y tenemos el escenario a la Bill Murray, en donde estamos en una eternidad que se repite exactamente (un día entero que se repite y no hay mañana, no hay "de un día a otro", inclusive no hay un futuro que dialogue con el pasado). Aquí pareciera darse el llamado "día nefasto" ovidiano, cuando se suspende la supuesta continuidad regular y se quiere "restablecer" a partir de algún sacrificio, compensación o terminación (en el caso de que esto fuese el efecto de interrumpir alguno de los procesos sagrados y de las maquinaciones secretas que permitían el pasar de "un día a otro"); 2) Nadie se percata de que hay repetición. Actúan como si fuese, ese día, un día más, y al repetirlo todo se queda idéntico (inclusive sus edades y "generaciones"). Este ejemplo imposible (o al menos improbable), nos demuestra un límite interesante: solamente alguien "afuera" puede gritarles "se está repitiendo el mismo día". Claro, se tratara de un ejemplo a tono con el buen obispo de Berkeley (a quien no debemos dudar en tirarle una piedra para recordarle la "concretud" del otro). En ambos casos se asume que existía una "continuidad" (que era lo general, regular y natural-para nosotros) y algo lo interrumpió. La "repetición" se nos aparece como un acontecimiento "no-regular". Algo pasó, y pasó (al parecer) mal. Alguien metió la pata o se le olvidó "hacer su trabajo" (hay un crack en la pasta, un rallazo que interrumpe la grabación).
            En este sentido, estas "repeticiones" acentúan y apuntan, más que nada, a lo "irrepetible" y no a la falacia naturalista de los patrones, la ley y lo general. A su vez destruye cualquier comienzo absoluto o punto originario. Hay algo aquí que nos permite ver como el "eterno retorno" de Nietzsche, lo que "persevera" (en cada cual) en Spinoza, lo que pulsiona en Freud, lo aurático en Benjamin son instancias, cada cual a su manera, que apuntan no a una esencia, una naturaleza, un origen (u original) o un "método" (en el sentido de un "sólo camino" recto) sino a una singularidad. Singularidad que no es para nada individualismo ni algo terminado. Será, posiblemente, algo similar a un ensayo y a un borrador. ¿Habrá algo más irrepetible que lo borrado? ¿Habrá algo más repetido que borrar? Dejemos esto, por el momento, en suspenso.


Ficciones replicantes I, D.

Te levantas por la mañana, a la misma hora exacta con la misma alarma de radio que te grita con una prédica evangélica: "Ofrezcamos, pues, por Jesús, en todo tiempo, un sacrificio de alabanza a Dios, y démosle el fruto de los labios celebrando su Nombre". Chocas con el abanico de piso, dándote (de todos los lados del mundo) en un área ya sensible (traumada por cerrar mal una puerta abierta por uno), y con malabarismos brincas entre libros, papeles e "intimidades" (eufemismo secreto de uno, que uno cree más nadie saber) hasta dar con la alarma. Hoy, de todos los días, decides que no vas al trabajo, que has llegado a tu límite. Cojeas al baño, a donde vas por costumbre hasta recordar que "estamos en sequía" (aunque uno más que otros) y te encuentras con unos de tus bastardos.
Te saluda de reojo y el olor es insoportable. Buscas el cubo, que está lleno y tu no lo llenaste, y con mucho cuidado de no virarlo te acercas al inodoro. Con el pie subes el "asiento" (aquel que si dejas levantado, dicen los mitos, hacen que las mujeres se hundan en la taza, porque las mujeres no saben asentirse o ascender) y con calculada torpeza vacías el cubo. Tremendo tsunami pero con un torbellino mediocre. El roto no chupó, no hubo succión suficiente. El bastardo no se fue, ha retornado, triunfante y se ha multiplicado. Ves trazos de maíz y lo que esperas son pedazos de chile (y no de algún intestino o signo de un futuro cáncer). Recuerdas que trigeño significaba de color trigo. Dices en voz alta: no hay political correctness en el inodoro. Sin embargo te asusta que te hayan grabado, vieja paranoia que tienes desde que en high-school leístes al profeta de Orwell. Piensas: Bueno, si no voy a trabajar tampoco iré a cagar. Te percatas "esto es demasiado pensamiento sin café". Sales y recuerdas cojear, porque quieres hacer lo más ruido posible, con la esperanza de despertar a cualquier otro mal-agradecido que tiene la suerte de dormir un poco más.
Por suerte alguien está ya preparando café. Te saludan cantando un no se-qué (nuevamente es demasiado temprano) y en silencio gruñes algo impronunciable. La pisas (porque es una ella, distinción más o menos fácil en esas horas), no sabes aún si "sin culpa" o "adrede " y con ello acentúas tu cojera. Te maldicen y tu miras con una mueca de "¿Qué?". Te dicen "mal-criao" y con eso recuerdas, a punto de abrir el grifo, que no hay agua. Pero has hecho el movimiento y te detienen diciendo "no hay agua zángano". Haces gesto de molestia, como diciendo "ya lo sé, ya lo sé, ni me lo digas". Te vas (o te botan) de la cocina. Al sentarte tienes la sensación de que hay algo que se te olvida. Hay una imagen que te retumba y sospechas que es una pesadilla, algo que tuviste claro al despertarte (algo que te dijiste "no debo olvidarlo"). Cuando te traen el café sientes una gran amabilidad pero guardas silencio, porque hay que evitar la fatiga a esas horas. En vez de "gracias" dices "no quiero trabajar". Ella sonríe, no sé si por sadismo o solidaridad. En vez de "gracias" dices, fruñendo y con sorbos de café (para eclipsar la respuesta) "pareces el enemigo". Tienes la imagen de haber estado retornando a un salón que en otro instante era una burbuja que se expandía cuando hablabas. Recuerdas el miedo de que estallara. Pero hay algo más, algo que aún no recuerdas. Estas embragado en un nudo que no recuerdas. ¿Soñaste con un difunto? A la lejanía, pero con una vibración cercana escuchas una puerta con screen cerrar violentamente.

Te levantas por la mañana, a la misma hora exacta con la misma alarma de radio que te grita con una prédica evangélica: "Ofrezcamos, pues, por Jesús, en todo tiempo, un sacrificio de alabanza a Dios, y démosle el fruto de los labios celebrando su Nombre"(...)

Ficciones replicantes I, C.

            Retornando e hilando lo dicho respecto a Deleuze, el concepto de "repetición" remite a un problema respecto a cómo bregamos con la singularidad y nuestra relación (o inclusive afiliación) con "lo común" (o inclusive con "los colectivos", en particular los que admiten ser parte de una colección individual). Ni hablar de todos los imaginarios, delirantes y exquisitos, que hemos hecho respecto a los dobles, el doppelganger, los replicantes, los clones o cualquier supuesta "reproducción" que busca vengarse del primero/esencial/progenitor( trauma particular que remite a los dramas de los hijos que asesinan al padre o las pesadillas regicidas que debieron atormentan a no pocos nobles para finales del siglo XVIII-sino antes con la decapitación de Charles in Charge en la Revolución Gloriosa). A su vez, la larga asociación (desconozco si inconsciente o forzada, aunque no por ello menos fascinante) entre el artificio y lo natural (o lo racional dentro del naturalismo racional de los Ilustrados del siglo XVIII), entre el remedio (pharmakon) y la cura, Lo real y su Doble. Cuando sentimos que algo "se repite", sentimos como si la Naturaleza nos jugara una broma pesada (además de grave e invisible como las deducciones newtonianas y esa mano prometida de Smith-o como un buen amigo decía, ese fist fucking que nos toca vivir en pro del bienestar de unos pocos). Pero a la vez, "qué terror" si de-repente, se repite exactamente (la alusión curiosa, desconozco si acertada, de Kundera de la gillotina como "eterno retorno"). Basta con hacer el ejercicio, para ver cuán singular es esta experiencia: 

Ficciones replicantes I, B.

Tuviésemos que imaginarnos cuánto nos asombra cuando en realidad algo "parece repetirse" (viejo señalamiento freudiano que apunta a la pulsión de muerte y a nuestras peripecias de la represión mnémica). El susto que nos puede causar si sentimos que "esto ya ha sucedido" y, peor aún, "yo estoy nuevamente en este lugar" (sin haberlo planificado). Pero notemos la siguiente contradicción genial:1) Buscar como algo puede repetirse es una de las obsesiones del control cientificista, su afán por predecir en un mundo que no es completamente contingente sino regido por una "Naturaleza" (la cual está regida por leyes, patrones, paradigmas, etc.-notemos el tono patriarcal del asunto); 2) Que algo se repite significa que "yo no puedo cambiarlo" (o desconozco como), y como una mala racha, retorna sobre sí, como burla o mofa ("pegándonos el vellón") sobre nosotros como un mal recuerdo, como trauma, como estancamiento y límite. Ni hablar de la sensación de monotonía, a la cual hemos tendido a vincular con lo simplón, lo primitivo y lo "indiferenciado". Esta sensación rompe con muchos de los delirios modernos respecto al "progreso" o a la riqueza como una simple "acumulación diligente" (hija de la "voluntad libre"), o nos recuerda a que, pese a todo, existen cosas fuera de nuestro control (como decía unos viejos sabios "eso te pasa por querer cagar más arriba del culo").

[Tentativamente podemos decir que estas dos "repeticiones contradictorias", para nada exhaustivas, pueden calificarse como la repetición como domesticación o realización y la repetición como límite y maldición. Obviamente ambas conceptualizaciones son borradores que requieren una repetida labor y re-mirada, no obstante, las tiro para ver como rebotan] 

            En muchos sentidos este "susto" al que aludo lo podemos ubicar socio-históricamente en el siglo XIX como parte de las reflexiones respecto a la "degeneración" como signo de una "enfermedad debilitante" (o "infirmidad") o de las obsesiones constantes con "descubrir" que lo "primitivo" permanece en los oscuros rincones de la razón (dentro de una visión de "estados" progresivos de la razón y de eso que fue mal-llamado "civilización"). Los "idiotas", "cretinos" y "morones" eran un insulto para el progreso de los "mejores" (dentro del heterogéneo campo darwinista social). Estos "tarados" con sus deformadas taras demostraban que "no avanzamos" realmente. Bueno, pero eso ya estos asuntos los retomaremos en otro momento, basta con señalar que: tenemos una tendencia de esencializar lo individual como lo irrepetible, como lo "único" y con ello asumir que la monotonía, lo mecánico, lo biológico o todo aquello que se rige por leyes, debería estar "fijo" como "base corpórea" a la cual se le añade una plusvalía que promete una mutación infinita hacia la superación. A su vez sin esta "fijeza", sin ese punto fijo (como el "espacio" y el "tiempo"), yo no puedo medir cuánto avanzo (decir ya soy un hombre y debo dejar atrás asuntos infantiles).
Ya sé, una contradicción, pero como dije dejemos el asunto en suspenso. 
            

Ficciones replicantes I, A:Lo que se repite y lo irrepetible

A Deleuze le debo, entre muchas cosas, un señalamiento que me hizo re-pensar las contradicciones de la "repetición", entre ellas que lo que se repite no es lo general sino lo singular. Sabemos por ejemplo el decir "El infierno es repetición" y conocemos el adagio de la psicología, sea desde el registro del psicoanálisis como del behaviorismo (cada uno dentro de un registro distintivo), entre Principio de Placer y Ley de Ejercicio, que uno tiende a repetir y consolidar aquello que brinda alguna suerte de placer, compensación o consolación (frente a una perturbación-que a su vez fue para Clarepede, una definición adaptada de la "inteligencia"). Ya Adam Smith buscaba ubicar al "interés" como "móvil primero", para explicar por qué diablos una persona se sintiera compelida a laborar (se necesita de recompensar, más o menos, regulares). Si vamos al promiscuo campo de la psicotecnia y la psicometría, tenemos la noción de que existe una "inteligencia general" o g respecto a las aptitudes y talentos heredados. Claro, herencia en este caso sigue teniendo un tono económico-político (recordemos, que lo que se hereda son poderes, propiedades e incluso "derechos"), que no deja de ser un supuesto espejo de la esencia, potencia y volición "real" de los individuos (de sus "diferencias individuales"-valga la contradicción). En otras palabras, hay una curiosa relación, que el llamado pensamiento occidental ha "parido" entre deseo y repetición, sea esta consciente o inconsciente, innata (leamos entre-líneas "heredada") o adquirida. Bueno, pero dejemos esto en suspenso por el momento.
            

dimarts, 25 d’agost del 2015

Espectador unidireccional o comunió del públic

En una recent entrevista a l'Oracle de Catalunya Ràdio parlaven de la música clàssica i de com ha anat canviant la forma d'escoltar-la a casa i en públic. Un aspecte interessant va ser com s'ha "educat" el públic en el sentit d'enfocar-se únicament en allò que succeïx a l'escenari, d'exigir silenci, fins i tot d'animar a denunciar a aquells que "no es comporten" o xerren massa. Tot el contrari d'allò que passa als estadis de futbol, de com funcionava la cosa als primers temps del cinema, de com ha estat durant la major part de la història de l'espectacle. 

Sacralització de l'espectacle (en viu i únic o no, com el cinema) i noció de comunicació directa i unidireccional, completament individual, sense espai per al diàleg o el sentir-se espectador junt amb d'altres, d'experimentar el compartir una experiència.

Potser només ens resta el ritual del concert de rock, pop o salsa, potser els performances tipus "Rocky Horror Picture Show"...

Viure el lloc o veure el decorat


Contundent article de Jaume Freixa, col.laborador de Josep Lluis Sert, sobre l'enderrocament de l'interior de l'antiga Galeria Joan Prats. Fixeu-vos en aquest fragment: "Que només es respectin les façanes és millor que no que s'enderroqui tot, però la desaparició dels interiors ens acosta cap al síndrome del decorat, del cartó pedra, de l'espai falsament històric, a dues passes dels village o centres comercials de pobles pintorescos." El nou Ajuntament ha de variar les normes que permeten això, urgentment.

La primera reacció en veure que s'estaven fent obres als baixos del número 54 de la Rambla de Catalunya va ser d'alarma, i després de frustració i impotència per la constatació que s'estava enderrocant...
ELPUNTAVUI.CAT|PER JAUME FREIXA (*)

dimecres, 19 d’agost del 2015

Todavía no han puesto las calles

"La ciudad dormida tiene algo especial"

Barricada, "Písale"

La interesante y simpática expresión "es tan pronto que todavía no han puesto las calles", además de poseer implicaciones conceptuales y filosóficas importantes, puede considerarse el reverso de la moneda respecto al "milagro secreto" que representa contemplar solo el amanecer. La frase que nos ocupa presupone que, de algún modo, no tenemos certeza de que las calles estén ahí antes de verlas y recorrerlas. Por el contrario, para la conciencia del durmiente, muy bien pudiera ser que la realidad (las calles, las luces, los edificios, etc.) solo fuera colocada ahí inmediatamente antes de que el sujeto la contemple y recorra.

La salida del Sol (y el mero hecho de que brille sobre nuestras cabezas todos los días) es un fenómeno que se da por supuesto, por sentado, pero que raramente se constata visualmente por muchos humanos, sea porque todavía dormimos, sea porque estamos en una situación física o circunstancias que nos impiden o dificultan advertirlo. Por esa misma razón, como indica Benjamin, el detenernos a contemplar el alba nos hace no solo sentirnos especiales, por diferentes respecto al resto, sino de cierto modo únicos, pues pudiera parecer que el amanecer se da así, de esa manera y en ese momento, solo para nuestra mirada.


http://youtu.be/zZc14F6AmwA

dissabte, 15 d’agost del 2015

Fidelitzar, segons Borja Penalba

Fidelitzar és un terme al qual trobem connotacions econòmiques, en termes de profit per part d'empresses que volen aconseguir i mantenir clients. Evidentment, fidelitzar prové del mot fidel i Borja Penalba el fa servir per parlar de la relació amb determinats llocs -o amb les persones que viuen o et trobes a aquests llocs. Escriu el guitarrista habitual de Feliu Ventura i col.laborador de tants artistes i cantants:

"5 d’agost. Després d’aquests últims anys, i sobretot del passat, he Fidelitzat en Formentera.

Fidelitzar és el tercer pas que seguisc, de manera inconscient -o no-, allà on hi sóc més d’un dia. Primer he de conèixer els llocs, passejar els seus carrers, observar com hi viu la gent, com parla, com interaccionen. En segona instància, i un cop inspeccionada la zona, m’incorpore a la fauna autòctona, i quan trobe el meu lloc, Fidelitze.

Conec Formentera, i la Formentera que no conec crec que la intuïsc. Estime Formentera, gairebé tota ella, però si m’hagués de quedar atrapat en l’illa, ho faria en els poc més de cinc-cents metres quadrats que envolten el 62 Formentera. Can Simonet, Rita, RaquelMatias, Jona, Paco, Sa Platgeta, Natalia, Patxi, Lur, Charlie, el Bolo.

Sí. Fidelitzar és trobar el teu lloc, estimar-ho i estimar a la seua gent, siga durant una estona o per a tota la vida."


Curiosament, Penalba parla de Formentera, una mica el que ens resta de l'Eivissa verge on va estatjar Benjamin. Tanmateix, l'aproximació al lloc del guitarrista pot ser paral.lela a algunes reflexions del filòsof alemany, algú que, com el mateix Borja Penalba, potser podria ser pensat tambè, probablement a desgrat seu, com una mena de viròvag. No estic tan segur si Benjamin va trobar el seu lloc a Eivissa, si va arribar a estimar el lloc i la seva gent, però potser sí va integrar-se al seu ritme, es va sincronitzar amb el so de les seves campanes -i les va trobar a faltar quan hi era lluny.


Finalment, l'aproximació al lloc, o al moment, de tots dos pot parèixer semblant, però això potser els faria semblables a qualsevol persona sensible que fos capaç de parar-se a pensar, a reflexionar i a captar allò, les sensacions, la coincidència o constel.lació d'impressions, que li transmet o invoca el moment. 

dimarts, 11 d’agost del 2015

El pagès té un nom per a cada cosa

A Al sol, Benjamin descriu com el camperol pot identificar el nom de cada varietat de figa, com, s'hi infereix, li és possible dir el nom precís de cada cosa del seu entorn. Perejaume diu el mateix dels pagesos catalans i els compara amb un poeta com Verdaguer: tenen un nom per a cada cosa. L'empobriment del llenguatge del segle XXI no es deu només a un fenomen global lligat a la globalització, el cinema, el sistema educatiu o, en el cas català, a l'impacte del castellà, l'estandarització i la urbanització han fet desaparèixer paraules, ens han fet oblidar conceptes, professions, feines, que Verdaguer encara podia dir, emparaular amb una exactitud que anem perdent, que no deixem d'oblidar.

Repetició i redundància: memòria d'espècie i falsa originalitat

Potser l'originalitat d'aquestes planes rau, paradoxalment, en això: en la seva manca d'originalitat. Com bé explica Perejaume, no podem pretendre éssers originals, inventar res de nou, encara menys del no-res. Ans al contrari, les repeticions que, tot i no saber-ho o voler-ho, fem, són la garantia de ser d'alguna manera compressos, intel.ligibles. Ni crearem res, ni recurrirem a la repetició i la cita constant; intentarem, però no ésser massa redundants. Diversos camins, paral.lels o divergents, poden portar al mateix lloc o, potser, compartir dreceres insospitades. Perejaume segur coneix alguna cosa de Benjamin i deu haver estat més o menys al corrent dels debats postmoderns o de les idees de Deleuze al voltant de la repetició. Tanmateix, Perejaume fa quelcom que ens sona, ressona (amb harmonia o dissonància) o s'assembla -apareix com semblant a i/o pot succeïr l'assemblatge o connexió amb, com amb les diferents parts dels programes informàtics, o la reunió de persones (o coses?), com a una assemblea- als atles de Warburg, però no parla de cap d'ells i sí reprodueix paraules de Miró o de Foix.

Al seu sotobosc ressonen les pathosformeln de Warburg; la seva "memòria d'espècie" pot recordar algunes idees de l'Eudald Carbonell i la seva "consciència d'espècie". Tan se val, potser el plagi, i més la còpia d'allò que aparentment no coneixes, és probablement inescapable, inevitable. Alhora, conèixer-ho tot és impossible i, sense repetició, segur que ens fem incomprensibles. "L'esperit del temps", al qual alguna vegada es referí Foix, pot fer una mica la resta, explicar en part les semblances, les lectures o referències comunes, els itineraris paral.lels, les inquietuds, preguntes i respostes compartides, semblants o en clar diàleg.